Existen estándares mínimos que todos debemos cumplir y son elementos no negociables de nuestra profesión que, cuando se cumplen, deben pasar desapercibidos pero, si se descuidan, aunque sea temporalmente, interrumpirán y arruinarán la experiencia del cliente.

Se debe prestar especial atención a las zonas con riesgo de contaminación cruzada, por ejemplo, la cubeta de hielo o las cubiteras y palas para hielo. Lo mejor sería establecer un protocolo de limpieza regular en el que los recipientes, cubos y palas para hielo se limpien y desinfecten al principio y al final de cada turno y periódicamente durante el día.

Utiliza productos de limpieza aptos para alimentos y enjuágalos bien para garantizar la eliminación de cualquier residuo. Los miembros del equipo deben lavarse bien las manos antes de manipular hielo, palas o cubetas para hielo para evitar la transferencia de bacterias. Las palas de hielo deben almacenarse en un área limpia y seca, fuera de contacto con el hielo y usarse únicamente para el fin previsto.

Para garantizar que la cristalería y las herramientas de la barra se limpien adecuadamente, es fundamental que el lavavajillas esté en buen estado, completamente abastecido y se limpie periódicamente. Esto también ayudará a garantizar su longevidad.

Tu área de lavado de crislatería debe estar limpia, bien surtida y bien organizada para que puedas acceder a los artículos y productos de limpieza de manera rápida y sencilla cuando sea necesario. Un espacio de trabajo bien mantenido y cristalería, herramientas y equipos limpios indican tu profesionalidad y deberían ser motivo de orgullo personal. Solo se necesita un lapso momentáneo, llevarle una bebida a un cliente en una bandeja sucia o no limpiar un derrame rápidamente, para deshacer todo tu arduo trabajo y hacer añicos esas percepciones tan importantes de los clientes.

Es recomendable adoptar un enfoque similar con las herramientas de barra. Si las herramientas como agitadores, coladores, mezcladores y jiggers no se limpian adecuadamente, pueden albergar microorganismos dañinos. Debes establecer protocolos que garanticen que tu equipo se limpie de manera efectiva entre cada uso.

Presta especial atención a las pinzas para decorar, que pueden transmitir contaminantes fácilmente si no se limpian correctamente. Evita usar las manos desnudas para manipular los garnishes y utiliza siempre utensilios limpios.

Como embajadores de un establecimiento, la apariencia importa. El aseo y la higiene personal afectan la confianza de los clientes sobre ti mismo y tu oficio. Los profesionales de la hostelería, como los camareros, los bartenders y los anfitriones, suelen ser el primer punto de contacto que un cliente tiene con un lugar y las primeras impresiones son importantes. Nunca tienes una segunda oportunidad para causar una primera impresión. No se debe subestimar la importancia de una buena higiene personal para crear esa primera impresión positiva. Una apariencia descuidada, mal olor corporal y otros signos de mala higiene personal o falta de cuidado pueden incomodar a los clientes e incluso ahuyentarlos.

Por el contrario, las manos limpias, una buena higiene personal y una presentación impecable crean un aura de profesionalismo, asegurando a tus clientes que están en buenas manos. Las joyas y los accesorios, como los relojes, deben reducirse al mínimo, ya que pueden albergar suciedad y bacterias. Practicar una buena higiene personal fomenta una cultura de respeto, no sólo con tus clientes sino también con tus colegas. Crear una excelente impresión para tus clientes debe ser un esfuerzo de equipo - Es vital que cada miembro del equipo se responsabilice de su apariencia e higiene personal.

Los uniformes no son simples vestimentas: reflejan el espíritu de tu marca. Un uniforme limpio y que quede bien es un ejemplo de atención al detalle y respeto por tu profesión. El lavado regular no es sólo una cuestión de estética sino también de higiene. Los uniformes limpios fomentan un sentido de unidad e identidad colectiva entre el equipo y crean una imagen de marca cohesiva.

• La impecable limpieza del lugar de trabajo y la higiene personal son comportamientos no negociables en hostelería.
  
• Los entornos limpios y las prácticas higiénicas fomentan la confianza, la comodidad y la lealtad de los clientes.
  
• Los uniformes son una representación visual de tu profesión y marca e impactan tanto la percepción de los clientes como en la unidad del equipo.
  
• Una ventilación y una calidad del aire óptimas contribuyen a un ambiente agradable y al bienestar del personal y de los clientes.
  
• Las buenas prácticas se traducen en beneficios comerciales, incluida la repetición de las visitas y una mejor reputación.

Seguir estrictas prácticas de limpieza e higiene va más allá de las obligaciones éticas - se traduce en ganancias comerciales.

Es más probable que los clientes satisfechos regresen y recomienden tu negocio. Las reseñas positivas sobre prácticas de higiene y limpieza excepcionales pueden afectar significativamente tu reputación online y ayudarte a atraer una clientela más amplia.

Mantener estándares impecables también afecta tu reputación profesional a nivel individual. Al adoptar estas prácticas, los profesionales de bares y hostelería elevan sus propios estándares profesionales y las experiencias que crean para sus clientes.