LA CUCHARA DE BAR

Acomodada discretamente entre el reluciente equipo de casi todas las coctelerías, la modesta cuchara de bar siempre ha sido un símbolo de sutileza, precisión y técnica delicada, cumpliendo su tarea con una sofisticada elegancia y encarnando tanto la forma como la función. Acompáñanos a medida que nos adentramos en la historia, la evolución y los entresijos de esta herramienta esencial del bartender.

Las cucharas, en general, han sido una parte integral de las experiencias culinarias del ser humano a lo largo de los siglos y en todas las culturas. Sin embargo, la cuchara de bar específica, con su mango alargado y en espiral, hizo su gran entrada (remplazando una función de la mano de mortero multiusos) en la época dorada de los cócteles del siglo XIX. (Wondrich, 2007)

A medida que el arte de la coctelería fue tomando forma, se hizo patente la necesidad de herramientas especializadas para perfeccionar cada bebida y fueron evolucionando diferentes versiones inspiradas en otras cucharas especializadas. La cuchara con un extremo de tenedor puede haber evolucionado de un utensilio llamado «sucket spoon», utilizado para tomar un postre inglés elaborado con fruta y sirope, mientras que la cuchara con un extremo para machacar seguramente evolucionó de las cucharas de boticarios franceses, quienes las utilizaban para medir y triturar ingredientes farmacéuticos. Con el auge de los cócteles, la cuchara mezcladora se ha convertido, no solo en un instrumento para remover, sino también en un emblema de la maestría del bartender.

LA CUCHARA DE MEZCLAR CÁSICA DE PUNTA ROJA

Generalmente de acero inoxidable, este tipo se reconoce por su icónica punta roja de plástico. Una opción, por lo general, más barata que sus homólogas, la cuchara de bar de punta roja es un accesorio omnipresente en muchos bares de todo el mundo.

CUCHARAS DE MEZCLAR JAPONESAS - CUCHARA EN FORMA DE LÁGRIMA Y CON TRIDENTE

Las cucharas de mezclar japonesas, que se hicieron populares en Occidente a principios de los 2000 gracias a una oleada de material hostelero japonés de alta calidad y un nuevo foco sobre la precisión y la técnica, se han convertido en un símbolo de calidad, precisión y profesionalidad.

Por lo general, son de buena calidad y están disponibles en varias longitudes y pesos para adaptarse a las preferencias personales. Se suelen encontrar habitualmente en dos estilos: con forma de lágrima y con tridente.

Con un peso en un extremo, la cuchara de mezclar con forma de lágrima se equilibra perfectamente en la mano, asegurando la precisión en cada giro, mientras que la cuchara con tridente cuenta con un práctico tenedor que puede utilizarse para pinchar adornos.

LAGRIMA JAPONESA

Con un extremo lastrado, la cuchara de bar en forma de lágrima se equilibra perfectamente en la mano.

CUCHARA CON DISCO

Esta variante presenta un pequeño disco en la base, perfecto para crear capas de ingredientes o machacar suavemente frutas y hierbas.

MAESTRÍA EN MOVIMIENTO

La cuchara de bar puede parecer sencilla, pero su eficacia reside en la técnica. Aquí tienes algunas de las maneras típicas de utilizar tu cuchara mezcladora:

1. Remover bebidas: Puede utilizarse para un removido rápido de una bebida en vaso largo o un cóctel preparado en el propio vaso, para mezclar los ingredientes y garantizar su homogeneidad, o para el método más elaborado de removido, para preparar cócteles. Puedes aprender más sobre esta técnica en nuestro artículo sobre remover.
2. Crear capas: Con la parte posterior de la cuchara, se pueden formar delicadas capas de ingredientes para crear cócteles visualmente impresionantes. Puedes aprender más sobre esta técnica en nuestro artículo sobre creación de capas.
3. Medir: Si bien la medición no es su función principal, algunas recetas indican una medida de una cuchara de bar y es útil saber que la cabeza de la típica cuchara tiene una capacidad de aproximadamente 5ml. Asegúrate de medir el volumen de tu cuchara como referencia porque puede variar considerablemente.
4. Cuidado y durabilidad: Las cucharas de bar, sobre todo las de metales puros, requieren un mantenimiento cuidadoso. Se recomienda lavarlas a mano y secarlas inmediatamente, ya que evita que se formen manchas de agua y mantiene el lustre de la cuchara.