La leyenda del cóctel cuenta que Dick Bradsell creó este cóctel para una futura supermodelo en 1983. Le preparó una bebida usando vodka, azúcar, licor de café y un shot de espresso, sacado de la máquina de café junto a su estación. Es una historia que ha contribuido a que la bebida conserve una cualidad atrevida que muchos cócteles modernos han fallado en replicar.

Las bebidas tienen una vida propia una vez que se vuelven populares; sin embargo, debido a la tendencia de nombrar las bebidas según el vaso en el que se sirven, el cóctel pronto pasó a la conciencia pública como el Espresso Martini.

Preparar un trago de espresso de buena calidad y bien hecho es absolutamente esencial para el éxito de un Espresso Martini. Una vez hecho, deja que el café se enfríe ligeramente, ya que esto evitará que se diluya demasiado el hielo, pero recuerda que el café empezará a oxidarse en cuanto se haya molido. Hay que evitar que el café se oxide lo máximo posible, debido al amargor que genera este proceso. Y, recuerda, a la hora de decidir si utilizar un tostado guatemalteco o etíope ¡Utiliza siempre el tueste que prefiera tu cliente!” .

La parte más satisfactoria de un buen Espresso Martini es la crema; la capa espumosa y sedosa de burbujas apretadas que se asienta en la cabeza del cóctel. Los aceites naturales del café deben combinarse con las burbujas de aire para formar una delicada espuma, y la mejor manera de conseguirlo es airearla con un buen agitado.

No a todo el mundo le gusta el azúcar en su café. 5 ml de jarabe de azúcar estarán bien para la mayoría de los paladares, pero si a tu cliente le gusta que su café tenga un sabor muy fuerte, no dudes en omitirlo. Alternativamente, agrega un poco más (hasta 15 ml) si así lo deseas. El Espresso Martini perfecto es el que más disfrutará tu cliente.

Obviamente, como único ingrediente principal, el vodka desempeña un papel importante en el Espresso Martini. Se necesita un vodka de calidad que pueda hacer frente al café y que aporte algo al perfil de sabor, además del grado alcohólico. El sabor limpio del Vodka Smirnoff n.º 21, con sus sutiles toques de pimienta y carbón, lo convierten en una gran opción para utilizar en un Martini Espresso.

Es raro ver un Espresso Martini servido en una copa de martini real en estos días, ya que la curva hacia adentro en el borde de una copa es una forma mucho mejor de mostrar la crema y es menos probable que se derrame por el borde del vaso. Tres granos de café, delicadamente colocados sobre la crema para formar un arreglo de pétalos, añaden al aroma a café en el cóctel.